Liborina
Historia
Las tierras que hoy componen este municipio estuvieron habitadas al momento de la conquista por comunidades Nutabes y Tahamíes, que se defendieron furiosamente de los invasores españoles.
Tras la llegada de los ibéricos y la derrota de los indígenas no sucedió allí nada de mayor importancia histórica. Se sabe que por 1541, Jorge Robledo pasó con sus demás conquistadores por la comarca pero siguieron de paso.
Es un ícono de esta región un capitán español de nombre Juan García de Ordaz y Mancilla, con certeza dueño en algún momento de los territorios de Sacaojal (Olaya) y lo que hoy es Liborina. Algunos de los parajes de esta circunscripción todavía llevan su nombre.
En 1833, el entonces gobernador de Antioquia Juan de Dios Aranzazu, ordenó la creación de una parroquia en los terrenos del actual Liborina, para honrar la memoria del ex presidente de Colombia Liborio Mejía, Héroe de la Independencia de estas tierras.
Don Vicente Londoño, uno de los fundadores del municipio, fue el primer alcalde y el primer comisario, con sus propios recursos económicos contribuyó a la construcción de casas y la feria de mercado. El primer cura fue el presbítero Manuel Tirado Villa.
La principal fuente hídrica es la quebrada Juan García que recorre el municipio en dirección NE-SO; en tiempos antiguos se denominó Nutabe. Existen dos versiones sobre la procedencia de su nombre: la primera y más probable es en honor al capitán español mencionado anteriormente y la segunda se debe a un criminal llamado Juan García que en el último intento de evadir a las autoridades se arrojó al torrente del río Cauca en la desembocadura de la quebrada logrando escapar. Conforman la cuenca hidrográfica de la Juan García, entre otras, las quebradas de La Pava, La Peñola, La Venta y la Juan Barriga.
Es la tierra del fríjol liborino, que le ha dado renombre al municipio y que tiene incluso, cada noviembre, fiestas en su honor. Entre las montañas, es un destino de tierra caliente, que se matiza gratamente por la frescura de sus quebradas y la sombra de sus árboles.
Gracias a la apertura del túnel de Occidente, y a la pavimentación de la vía, Santafé-Liborina, el municipio se ha ido adecuando para recibir a los turistas, que cansados de la multitud y el ruido de bares y tabernas, buscan un turismo mas tranquilo y apacible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario